Varios equipos de investigación, coordinados por el Grupo de “Altas Presiones” de la Universidad Complutense de Madrid, se basan en la Alta Presión como campo de aplicaciones crecientes en los procesos biotecnológicos, especialmente en el tratamiento de alimentos y la industria conservera, así como, en la industria farmacéutica y cosmética. Mientras la presión en el trabajo provoca estrés,… en el laboratorio elimina gérmenes.
La Tecnología de la Alta Presión se está utilizando cada vez más para conservar carnes, pescados, crustáceos, productos lácteos, frutas y vegetales. La ventaja de este método es que no altera en gran medida ni el sabor ni el color, y tampoco se ve afectada la actividad de ciertos nutrientes, como sucede sobre las vitaminas con el calor, en particular sobre la Vitamina C en frutas y sus jugos. Los productos lácteos tratados por presión, como quesos, leches, yogures,…tienen una perspectiva futura halagüeña, pues parece ser que tienen ventajas adicionales, que permiten incrementar sus velocidades de maduración y, mejorar las condiciones gelificantes y de viscosidad. Todo apunta pues a que la Alta Presión tiene un futuro prometedor tanto en el aspecto científico como en el tecnológico, ya que sus aplicaciones crecen a un ritmo extraordinario. No es desorbitado pensar en un futuro donde tras un estresante día de trabajo por la presión laboral, al llegar a casa tengamos todo tipo de utensilios que, basados en el uso inteligente de la presión como magnitud, nos permitan cocinar el bogavante sin fuego, cocer un huevo presionándolo o tomar un zumo comercial con la pureza natural que aporta el recién exprimido.
Fuente: www.ucm.es
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